Europa y el toro (crátera del s.IV, Museo del Louvre)
En la mitología griega,
Europa era una mujer fenicia de Tiro que terminaría dando su nombre
al continente. La etimología de su nombre (ευρυ- ‘amplio’ +
οπ- ‘rostro’) vendría a significar “región extensa,
espaciosa”. En el momento en que nace este mito, Europa era Grecia
y poco más; las tierras septentrionales, en oposición a las tierras
orientales, las del imperio persa, cuyos últimos confines
desconocían y a las que daban el nombre genérico de Asia. Detrás
de estas denominaciones estaba la división del mundo en dos zonas:
aquella donde nacía el sol (Asia), y aquella donde se ponía
(Europa). Luego se añadió una tercera región, también ilimitada:
Libia, a la que luego llamaron África.
Zeus, prendado de Europa
por su belleza, se metamorfoseó en un toro blanco que se tumbó a
los pies de la muchacha, mientras ella y sus amigas recogían flores
cerca de la playa. Europa acarició al animal y, al notar que era
manso, se montó en él; en ese momento el toro corrió hacia el mar
y nadó hasta la isla de Creta llevando a Europa en el lomo. Ya en
Creta, Zeus reveló su auténtica identidad, y Europa se convirtió
en la primera reina de la isla.
Europa dio a Zeus tres
hijos: Minos, Sarpedón y Radamantis. A su vez Zeus le otorgó a
Europa tres regalos: Talos (un autómata de bronce que vigilaba las
costas de Creta), Lélape (un perro que nunca soltaba su presa) y una
jabalina que nunca erraba. A su muerte, Europa recibió honores
divinos y el toro cuya forma había adoptado Zeus fue colocado entre
los signos del Zodiaco y dio nombre a la constelación Tauro.
El nuevo billete de 5€
incorpora en un lateral como marca de agua el rostro de Europa, cuya
imagen está sacada de una vasija griega del siglo IV, «Europa y el
toro», que forma parte de la colección del Museo del Louvre de
París.
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